Qué razón tienes, pienso como tú aunque me declaro pecadora. Cuando comencé a coleccionar, siendo niña, había tantos caracoles que los cogía vivos, aunque nunca cogí más de la cuenta. Mi padre siempre me enseñó aun cuando buscábamos tomillo en el campo que siempre hay que dejar para seguir encontrando el año que viene.
Hoy no se encuentran conchas apenas en esos mismos lugares donde solían abundar. La verdad es que confieso que algunas veces he comprado alguna especie exótica, aunque siempre de las más baratas, o sea, las más abundantes. Hoy día sólo cojo alguna especie viva si no tengo ese ejemplar y veo que forma parte de una colonia y procuro cojer los ejemplares más grandes, es decir, ya han tenido tiempo de producir nuevos ejemplares.
A los pequeños SIEMPRE hay que respetarlos para que den lugar a una nueva y abundante generación para que los próximos años la gente siga fascinada al encontrar en la playa esa concha grande vacía y perfecta.
Ana
|